Tras unos días sin poder actualizar y con mi ordenador en la UCI por problemas técnicos, aquí estoy de vuelta después de un fin de semana cargado de esperanza para la parroquia blanquiazul con la victoria del Deportivo ante el Zaragoza. Sin duda una gran noticia para un equipo que ha renacido, con un técnico que «le ha dado la vida» (Silvio dixit) y con una afición que lo lleva en volandas jornada a jornada.

 En el horizonte el Levante, dolido tras la goleada ante el Real Madrid, y Estrada Fernández, un mal sueño para los deportivistas hace dos temporadas en Gijón (sí, es ese árbitro). Pero parece que no importa lo que hagan los rivales, si ganen o pierdan (la semana pasada semeja que todos se pusieron de acuerdo para allanar un poquito el camino a la salvación al Deportivo) . 

Aunque sinceramente, creo que hoy por hoy la mejor arma de esta Ave Fénix que es el conjunto de Fernado Vázquez es esa fe renacida, esa convicción y confianza en si mismo. Esa idea que se resume de foma tan clara y concisa con el «Sí se puede».