El Deportivo es una montaña rusa de emociones, de subidas y bajadas, una semana parece que se puede ascender con la gorra y la siguiente el equipo da la sensación de que no carbura.

Complicado de digerir este vaivén de emociones, del ‘subidón’ por la llegada de Lucas Pérez al ‘bajón’ de la derrota contra el Alcorcón.

Y con ella la vuelta de las dudas. Con problemas en los laterales y las indirectas de Cano poniendo a jugadores fuera de posición marcando a la dirección deportiva por dónde tienen que ir los fichajes de invierno, aunque luego niegue la mayor en sala de prensa.

Con jugadores indiscutibles en el once y otros ya en riesgo de desengancharse (recordemos el caso del año pasado con Borja Jiménez), con la afición que sigue recorriendo nuestra geografía animando y apoyando al equipo pero que vuelve de Alcorcón disgustada….

Y ahora un inicio de segunda vuelta en la que el Depor está a siete de la cabeza de la tabla, obligado a dar un paso adelante a domicilio y mejorar sus prestaciones. Porque no todo va a ser Lucas Pérez y sus goles (lleva tres en dos partidos).

El plantel, el cuerpo técnico, la secretaría técnica todos tienen que dar un plus más, algo más hay que hacer para poder lograr ese golpe encima de la mesa, encadenar una racha consolidada de buenos resultados y opositar como claro candidato.

A la vista del último resultado, parece que el Depor se queda, de momento, en bullicioso aspirante. Con efervescencia pero que, en cuanto esta se acaba, se queda sin gas.